Las imagenes dicen mas de mil palabras...
Localizado al Oeste de Polonia, un pequeño de tantos bosques de solo 400 arboles tiene como particularidad que en ellos crecieron arboles con un ángulo de 90 grados en la base de sus troncos y todos en dirección al norte.
Al rededor se encuentran grandes bosques de arboles rectos lo que lo convierte en una rareza.
El bosque fue plantado en los anos 30, después de la primera guerra mundial y creció durante 10 anos antes de encorbarse, peroen este caso se especulo que una intervención mecánica humana la cual no se ha podido explicar del todo.
Cualquier teoría es valida, viento, electromagnetismo, capricho del granjero, tal vez nunca lo sabremos...
Fotos de Maciej Sokolowski y Sławek Milewicz
«En noviembre de 2009 llego a Varsovia para trabajar en las oficinas de la filial polaca del Grupo Apia XXI, Apia IAK, en un proyecto de transporte público que fue adjudicado a este consorcio y un par de empresas polacas». Rodrigo Diestro Cabria (Santander, 32 años), licenciado en administración y dirección de empresas, está centrado en este proyecto que tiene como objeto mejorar la movilidad asociada al transporte público en Rzeszów, ciudad ubicada en el sureste de Polonia (cerca de la frontera con Ucrania), a unos 350 kilómetros de Varsovia, y que tiene un tamaño similar al de Santander.
Rodrigo se ha adaptado bastante bien a la vida en una ciudad tan extensa como Varsovia. «La verdad que se pueden ver las diferencias culturales en cuando aterrizas en el aeropuerto. El mayor problema es el idioma ya que no es tan fácil de aprender cómo puede ser el inglés o el alemán». Varsovia, destruida en un 85% por los alemanes en la Segunda Guerra Mundial, tiene una mezcla de arquitectura soviética, estilo contemporáneo con rascacielos en el distrito económico y una parte antigua (Nowy Swiat) magníficamente reconstruida.
Las condiciones meteorológicas determinan el modo de vida: «Como es lógico en invierno no verás mucha gente por la calle dadas las bajas temperaturas (el año pasado llegamos a alcanzar -27ºC) y si la ves irán todos abrigados con gorro, bufanda, guantes y botas, fundamentales durante varios meses al año. En verano la cosa cambia y se intercalan días de lluvias torrenciales con días de bastante calor (por encima de los 30ºC)». Entonces la gente aprovecha para salir a montar en bici o a pasear en los parques de la ciudad, entre los más famosos están Lazienki y Pole Mokotowskie»
A los polacos les gusta salir a tomar algo después de la oficina para comentar cómo ha ido el día o reunirse para ir a conciertos . «Varsovia está en ebullición en estos instantes y los polacos tienen muy buen gusto musical y aprecian la buena música, sin importarles el estilo: jazz, pop, rock y, por supuesto, la música clásica».
Para moverse por la ciudad, Rodrigo utiliza el transporte público casi exclusivamente: autobús, tranvía o metro. «Tienen un sistema de transporte público multimodal bastante bien desarrollado para el área urbana de Varsovia, aunque a veces tienes que usar un tranvía o autobús un poco obsoleto y sucio, pero eso está cambiando gracias a los fondos de la Unión Europea».
La ropa suele estar más cara que en España (incluso en cadenas tipo Zara, H&M y Massimo Dutti) y la gasolina está a un precio similar. Cuando se sale de copas, los polacos suelen beber vodka o cerveza, que son «excelentes».
Comer en restaurantes resulta más económico que en España: «El menú del día pude salir por unos 5 o 6 euros aproximadamente con la consumición incluida (zumo, agua o bebidas con gas». Este cántabro se he «enamorado» de las sopas polacas y asegura que son la mejor manera de entonar el cuerpo en un día gris y frío. Hay platos que destacan como los pierogi, que son similares a unas empanadillas españolas con diversos rellenos (queso fresco, carne, verdura...), nalesniki, bigos y todo tipo de carne, entre las que destacan los productos derivados del cerdo. No obstante, echa en falta el pescado fresco.
Habla también del carácter polaco: «Me tengo que sentir afortunado porque, aunque en un primer momento estaba un poco perdido, enseguida trabé amistad con algunos colegas de la oficina (especialmente con aquellos que hablan español). En general suelen ser reservados y nos les gusta hablar de ciertos asuntos, aunque de religión y política siempre he oído conversar tanto en la oficina como en la calle. La gente local es muy educada».
Fuente: EL DIARIO MONTAÑES